Me dice que el momento es del que encara
y me digo "para, analiza, suspende el segundo,
amortiza el instante, respira profundo
y sufre o disfruta hasta tenerlo en la palma“.
Y con calma subordinante, llenando la estancia
con pura arrogancia, con plomo, con fuego,
locura, malicia y el ego más frío contesto:
"protesto, el momento es mío“.
mío es hoy, mío fue ayer
mío mañana, mío anochecer
míos tus ojos, mía tu boca,
mías tus manos, mío lo que tocan.
¡mío!
míos el mundo y el universo
mías las letras y mío este verso
¡mío todo y mío nada!
porque no sé lo que quiero.
mío no saber, sólo respirar
mío empezar desde cero.
¡Repara! y le veo coger aliento
y en sus ojos la victoria:
me ha robado mi momento, sí,
y aún me quedan más instantes
infinitos todos pero, tan, tan insignificantes.
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