Querida
extraña,
te pedí que
hablases conmigo para obligarme a escribir quién soy. Para tener que
explicártelo y poder entenderlo. Porque sé dónde está mi cuerpo, pero no
albergo duda alguna de que es sólo una carcasa encerrando un personaje
ficticio. Por eso necesito escribirme y que me leas para saber que existo.
Siento que
podría ser real en tus ojos. Sueño encontrarme en tus labios.
Lo demás no lo copio. Todavía.
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